Una palabra cualquiera, eso bastará.

Mirada perdida en algún punto de la habitación, no tiene mucha relevancia su situación.
Pensamientos vagando, acechando aquel pequeño cerebro, atormentando su cabeza.
Deseosa de desaparecer de hacerse invisible tal vez, no será difícil esta vez.
Hace tiempo que nadie le cuestiona un ¿qué tal?¿cómo vas?
Sabe que dejó de importar a aquellos que alguna vez se preocuparon por ella, o al menos eso querían aparentar.
Culpa suya en parte, por ser tan pesada quizás, agobiar tanto a la gente, no dejarla respirar.
Culpa suya en parte, por callar, por alejarse, por autoimponerse una barrera, limitarse por infranqueables fronteras, por no dejar pasar.
Pero es ahora, en estos momentos, cuando siente que se va a derrumbar, una sola palabra y sus pupilas se rendirán.
Tanto esfuerzo y tan poca recompensa, piensa en su interior; no pide tanto, al menos, eso cree ella.