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4/2/11

Pequeño hombre-pájaro

Curioso el momento, curioso el lugar, curiosos sus ojos, intentando contemplar el final de aquella tarde llegar, pupilas de cristal apunto de estallar, extremidades entumecidas con riesgo de fallar, su respiración entrecortada rompiendo el silencio, el vaho empañando sus gafas, nublando su vista. No sabe cómo empezó, sólo como acabará. El vacío a sus pies y miles de cargas a sus espaldas, una lágrima recorre su mejilla,  un recuerdo le viene a la mente y un nudo se posa en su garganta. Ahí lo deja todo, ahí, sin más, y su sueño de ser hombre-pájaro, por unos instantes, se hace realidad.

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